Muchas veces, debemos ir a las salas alternativas, pequeñas y de aforo bastante limitado, para descubrir el buen teatro; pero también es en estas salas donde mejor podemos apreciarlo podemos olvidar de verdad que estamos en un teatro e introducirnos en el ambiente mágico que la obra nos propone. Y es que es en este teatro de únicamente 75 localidades llamado “La Guindalera” donde se esconde “Tres años”, obra escrita y dirigida por Juan Pastor a partir de la novela corta de Anton Chejov. En esta obra, cinco personajes de la España de los años treinta nos invitan a reflexionar con ellos sobre la felicidad, el amor, y hasta qué punto a través del amor conseguimos la felicidad, si es que cualquiera de los dos existe. ¿Con qué me quedo de esta obra? Sinceramente, con todo. Con una producción limitada nos transportan literalmente a otra realidad, no tan alejada de la nuestra, y es que el ambiente, más que la escenografía, las luces o la música, lo crean los personajes, muy bien tratados y cuidados, a través de numerosas imágenes que nos transmiten a la perfección y con asombroso detalle. Literalmente las ves. También me llama la atención una sorprendente naturalidad y cotidaneidad en esos personajes y destaco la interpretación de Alicia González que hace suyo el personaje de Paulina y que solamente con la mirada que dirige a cada uno de los personajes, sabes exactamente que piensa de ellos.
ALEJANDRO: Raùl Fernàndez
