Este
año he asistido, por primera vez, al Festival Paladioarte, aprendiendo como
técnico de luces y de sonido, y disfrutando de sus actuaciones, pues la Asociación
además de la Compañía profesional formada íntegramente por discapacitados
diversos (sensoriales, físicos y psíquicos) también funciona como escuela de
teatro pudiendo participar en ella personas sin discapacidad ninguna, para la integración social de quienes allí acuden,
pues todos podemos aprender y aportar algo del grupo. De hecho, es increíble la
ganas de trabajar y vencer dificultades, así como las ganas de reir y hacer
disfrutar a los demás que transmiten. Es más, puesto que el festival incluye tanto actuaciones como cursos en los que cada uno aporta lo que mejor sabe, el ritmo de trabajo debía ser rápido. Cada compañía tenía sus preparativos y un día en especial todo era: haz esto, haz lo otro, esto va así y esto otro de esta otra manera... una tarde de locura para mí y una gran experiencia de trabajo.
Después de lo aprendido venía lo mejor la actuación de las
Compañías que formaban el Festival. Trabajos realmente increíbles como el de
los venezolanos Producciones
Veneteatro que nos
sorprendieron con la obra El
fantasma de Bonnie los bilbaínos Despertar
de los sentidos, compañía
formada por personas con síndrome de Down y que decidieron hacernos disfrutar
de un magnífico espectáculo de flamenco que entusiasmó a toda la sala, entre
otras.
También disfrutamos de un taller conjunto de danza y como
colofón la
Compañía organizadora de este festival: Cía.
Teatro Paladio, que
representaron su última obra Ulisea ya que su estreno fue el año pasado,
fuera del festival.
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